Con Espíritu Nómade

¡Estar aburrida da náuseas!

Después de dos días de mal tiempo calmó lo suficiente como para poder moverse sin caerse. Comer algo más atrevido que arroz o sopa. Las chicas salieron de la cucha, abandonaron sus juegos aquietados de muñecos en la cama y retomaron las andanzas mundanas: Emma y Clara convirtieron la mesa del salón en avión, se pusieron cinturones de seguridad y dieron discurso de bienvenida abordo. Sarah dijo: te sentís mareada si estás aburrida, pero si te organizás algo para hacer ya no te pasa. Sabio concepto, yo no le recordé la diferencia entre la altura de las olas o la intensidad del viento, me pareció un buen lema: ¡estar aburrido da náuseas! Simon cosió la mesana con un parche impecable, las chicas prepararon wraps y tuvimos la suerte de pescar un Mahi Mahi. ¡Sí! Proteína fresca, carne que no sale de una lata!
Ya entramos en el nivel en que no contamos los días, ni para adelante, ni para atrás. Sólo navegamos, disfrutamos del viento, no disfrutamos tanto de él, pero ¡hacia allá vamos, lento como tortugas, pero vamos!

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