El eco del violín de quién tocaba en uno de los anfiteatros del Centro Cultural Tjibaou nos hizo entrar en frecuencia, nos invitó a respirar el aire puro de casuarinas y a compartir con miles de personas pasto, mar, baguette…

El eco del violín de quién tocaba en uno de los anfiteatros del Centro Cultural Tjibaou nos hizo entrar en frecuencia, nos invitó a respirar el aire puro de casuarinas y a compartir con miles de personas pasto, mar, baguette…